Nuestra necesidad de un aprendizaje financiero continuo

Muchas personas piensan que aumentar la riqueza o mejorar las finanzas personales, está reservado sólo para algunos que tuvieron un golpe de suerte, trabajan demasiado o nacieron con ciertos privilegios. Sin embargo, muchos expertos sobre el tema, como Robert Kiyosaki en su libro “Incrementa tu IQ Financiero”, afirman que, lo que realmente mejora las finanzas de las personas es su nivel de inteligencia financiera.

El problema de la falta de educación financiera

La inteligencia financiera no es algo que se desarrolle de forma natural en el ser humano. De hecho, la mayoría de las personas han crecido en un ambiente escolar, universitario y familiar en donde la educación financiera era escasa o simplemente nula. Esta compleja situación es la que se encuentra detrás de la mayoría de los problemas financieros que complican a las personas a lo largo de sus vidas.

En este contexto, la mayoría de las personas se dedican simplemente a conseguir un buen trabajo y se esfuerzan enormemente para generar ingresos suficientes que les permitan mantener su estilo de vida. En consecuencia, nunca logran verdadera libertad financiera y generalmente, van por la vida cayendo en problemas económicos o endeudamientos excesivos, pensando que es obra del “destino”, “mala suerte” o “falta de oportunidades”, llevándolos a una frustración constante. Robert Kiyosaki llama a este círculo vicioso “La Carrera de la Rata”.

Desarrollar una inteligencia financiera

Para resolver esta problemática, se hace absolutamente necesario desarrollar y fortalecer nuestra inteligencia financiera mediante contenidos de educación financiera de calidad. Por supuesto, este tipo de inteligencia no se consigue de la noche a la mañana porque es un camino que requiere de una disciplina de aprendizaje continuo. Además, todo gran proyecto comienza con un primer paso.
Un factor importante para lograr desarrollar un hábito de aprendizaje continuo, es la motivación que mueve la voluntad para decidir y actuar. En este caso, entender la magnitud del problema, comprender la necesidad urgente de educación financiera y pensar en los beneficios financieros que es posible lograr, pueden ser poderosos motivadores que nos encaminan a desarrollar este hábito.

Mantén la calma ante la adversidad

Muchas personas piensan que no necesitan invertir tiempo en conseguir educación económica y financiera, ni recibir la opinión de expertos en el tema. Aunque esto puede parecer un punto de vista razonable o una actitud “autosuficiente” admirable, en realidad, es un sesgo que auto-sabotea las metas personales. Este sesgo queda en evidencia cuando llegan las situaciones difíciles o las crisis económicas, donde las personas quedan incapaces de mantener la calma, tomar decisiones económicas correctas o resolver sus problemas con naturalidad.

Una de las mejores formas para entender nuestra necesidad de un aprendizaje continuo, es comparar nuestra experiencia financiera con nuestra experiencia en la vida cotidiana.

Piénsalo de la siguiente manera: Cuando te levantas en la mañana y preparas el desayuno, no tienes miedo en realizar esa tarea cotidiana porque sabes a la perfección cómo realizarla y cómo resolver cualquier problema que se presente. Incluso si no tienes los elementos inmediatos, por ejemplo, si no hay huevos o la cafetera se echó a perder, mantienes la calma porque sabes que lo puedes solucionar en algún momento.

Uno de los beneficios de incrementar tu inteligencia financiera es moldear tu carácter, aumentar tu confianza y mejorar tu capacidad de reacción ante la adversidad.

El objetivo de la inteligencia financiera es similar al ejemplo anterior. Aumentar tu conocimiento mediante un aprendizaje financiero continuo, porque te dará las herramientas necesarias para enfrentar situaciones complejas, resolver problemas con seguridad y sin perder la calma. Con la mente despejada y un carácter templado, es mucho más fácil tomar decisiones correctas.

Aprende a resolver tus propios problemas

Puede que para algunas personas parezca una frase cruel u ofensiva, pero parte esencial del crecimiento es aprender a resolver los propios problemas. La mayoría de las personas se pasan la vida esperando que otros resuelvan sus problemas, mientras trabajan para resolver los problemas de otros. El contador, la abogada, el asistente, etc. Todos los empleados trabajan resolviendo problemas o diseñando soluciones para alguien más, pero en sus vidas se sienten abrumados por no saber cómo resolver sus propios problemas financieros.

Uno de los beneficios inmediatos de mejorar tu inteligencia financiera es esa capacidad de resolver problemas de forma estratégica y efectiva, mejorando el ánimo, la sensación de empoderamiento y la calidad de vida.

El anhelo de libertad financiera

Uno de los principales beneficios del aprendizaje continuo y el desarrollo de una inteligencia financiera, es la capacidad de comprender mejor el funcionamiento del dinero para detectar y evaluar las oportunidades de crecimiento económico. Estas oportunidades pueden ser negocios, inversiones, activos o fuentes de ingresos pasivas, que generalmente son invisibles para la mayoría de las personas, pero que pueden ser detectadas y aprovechadas por aquellos que tengan la suficiente inteligencia financiera.

De esta forma, una persona que tiene control sobre sus finanzas personales y ha formado un hábito de ahorro mensual puede, por ejemplo, invertir en activos que generen ingresos de forma pasiva. Así estará construyendo una fuente de ingresos que no dependerá de su tiempo ni esfuerzo, y sería su dinero el que generaría más dinero. Esta situación es comúnmente conocida como libertad financiera y es una de las metas principales de todo inversionista.

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