El tema de las deudas puede ser bastante complejo, si consideramos que algunas veces pueden ser la asfixiante causa de nuestra desesperación, mientras que en otros casos pueden ser un poderoso impulso al éxito financiero. Es por este motivo que es importante hacer una clara diferencia entre una deuda buena y una deuda mala. Pero, ¿qué diferencia hay entre ellas? En este artículo te lo explicamos en palabras simples.
La deuda es un préstamo de dinero
Existen diferentes tipos de préstamos, pero antes que todo debemos comprender que una deuda es, en palabras simples, un préstamo de una cantidad de dinero que recibimos al pedir un crédito, bajo la obligación de devolverlo a futuro al pagarlo cada mes. De esta forma podemos utilizar el crédito para comprar bienes o contratar servicios con diferentes objetivos. Es justamente en esto último, “el objetivo de estos servicios financieros”, lo que puede hacer una gran diferencia entre deuda buena vs deuda mala.
Deuda Mala v/s Deuda Buena
Cuando el objetivo de la deuda es satisfacer mis necesidades inmediatas, generalmente se compran bienes de consumo o servicios, como por ejemplo: vestuario, electrodomésticos, suscripciones de TV, etc. Este tipo de gastos no genera ingresos en sí mismos ni rentabilidad, por lo que desde un punto de vista financiero, se puede considerar una deuda mala ya que sirve para comprar Pasivos.
Por otro lado, cuando el objetivo de la deuda es conseguir una inversión o un bien Activo, esta deuda se convierte en un “apalancamiento financiero” que nos permite alcanzar mejores metas que una simple satisfacción momentánea. Así, este tipo de deuda puede ser considerada como una “deuda buena” ya que generará ingresos o flujo de dinero conforme a la rentabilidad económica de la inversión.
Los peligros de la “Deuda Mala”
Las deudas malas son las que contraemos para conseguir bienes o servicios que no podemos adquirir al pagar al contado, y su objetivo es satisfacer nuestras necesidades inmediatas. Esto aplica tanto para créditos de consumo como para tarjetas de crédito y comerciales.
En general, este tipo de deudas pueden ser síntoma de un mal manejo de las finanzas personales, reduciendo la capacidad de ahorro y aumentando el riesgo de problemas financieros mayores. Así, son muchos los que pueden caer en la trampa del sobre- endeudamiento y necesitan buscar métodos para eliminar las deudas.
La deuda mala es aquella que nos brinda un bien o servicio sin otro objetivo más que satisfacer una necesidad inmediata y/o momentánea. Esto incrementa el riesgo de perder libertad financiera o caer en el sobre-endeudamiento.
Los beneficios de la Deuda Buena
La deuda buena es aquella que se utiliza para adquirir bienes activos, inversión o negocios, con el objetivo de generar ingresos y/o patrimonio. Es decir, la deuda buena me permite “apalancar” mi fuerza financiera para conseguir un bien mayor que no podría conseguirse con medios propios.
Una deuda buena es aquella que genera un “apalancamiento financiero”, otorgando la posibilidad de invertir en bienes activos o negocios, con el objetivo de generar ingresos y/o patrimonio según la rentabilidad.
Los activos de inversión
Así, son muchas las personas con inteligencia financiera que utilizan la deuda buena a su favor para apalancar sus finanzas y lograr objetivos que serían imposibles de otra forma.
“Los pobres buscan dinero, los ricos buscan deuda” Robert Kiyosaki
En este contexto, uno de los principales activos de inversión que es posible conseguir mediante apalancamiento financiero, son las propiedades o bienes raíces inmuebles. Esto se debe, por un lado, a que los créditos hipotecarios son los que otorgan las mayores sumas de dinero en comparación con otros créditos. Por otro lado, las propiedades cuentan con una serie de beneficios a corto y largo plazo, dentro de los cuales se destacan su bajo riesgo, alta rentabilidad y aumento de valor por plusvalía.
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