Cómo desarrollar una mentalidad de crecimiento contínuo

El crecimiento y desarrollo personal es algo que, de alguna forma, la mayoría de nosotros deseamos para progresar en la vida. Sin embargo, no todas las personas con una mentalidad optimista logran crecer de forma sostenida en el tiempo y alcanzar sus objetivos. Por eso, desarrollar una mentalidad de crecimiento continuo es fundamental para lograr un desarrollo personal constante y alcanzar los objetivos que esperamos conseguir.

Desarrollar una mentalidad de crecimiento continuo es fundamental si queremos lograr un crecimiento personal, ya que este nace en nuestra mente y funciona como una mejora constante que dura toda nuestra vida.

A continuación te dejamos 7 principios que te ayudarán a reflexionar sobre si estás desarrollando una mentalidad de crecimiento continuo en tu vida.

1. Identifica tus problemas

Tomate el tiempo de mirar tu realidad y reflexionar sobre los problemas que te aquejan. Hazte preguntas tales como: ¿cuáles son realmente mis problemas?, ¿cómo llegaron a suceder?, ¿qué factores están involucrados? Analizar e identificar tus problemas con claridad es fundamental para comenzar a crecer, ya que te dará la capacidad de buscar soluciones de forma correcta.

El simple ejercicio es muy revelador y, de hecho, muchos se llevan sorpresas al descubrir que sus problemas no son los que ellos creían eran. Muchas veces creemos tener un problema emocional o relacional, cuando en realidad es netamente financiero o formativo. Esto nos llevará al siguiente punto.

2. Asume tu responsabilidad

Cuando identificamos correctamente los problemas en nuestra vida, podemos descubrir más claramente cuál es nuestra responsabilidad en ellos. Esta siempre es la parte más difícil del proceso de crecimiento, ya que requiere la determinación de enfrentar nuestro orgullo y reconocer nuestras falencias.

Para avanzar en nuestro crecimiento personal es importante dejar de culpar a los demás o a las circunstancias todo el tiempo. De lo contrario, siempre estaremos poniéndonos en el papel de víctima y no lograremos los cambios que necesitamos.

3. Enfócate en las soluciones

En lugar de perder mucho tiempo pensando en los problemas, utiliza el tiempo de forma productiva pensando en las soluciones. Pregúntate: ¿qué cosas puedo cambiar y cuáles no?, ¿qué necesito para mejorar esta situación? Crea un plan o una estrategia que te permita solucionar tus problemas y avanzar en la vida. Por ejemplo, si tu problema es el círculo vicioso del endeudamiento, consulta contenidos que te enseñen a salir de las deudas de forma rápida y toma acción.

4. Plantéate metas y objetivos SMART

Piensa: Dónde quieres llegar, cuáles son tus metas a corto, mediano o largo plazo. Esto trazará un camino que te permitirá pensar en objetivos a corto plazo, y podrás desarrollar un plan de acción para solucionar esos problemas que te aquejan o, simplemente, mejorar tu situación. La recomendación es que plantees objetivos SMART, es decir:

• S: Specific (específicos)

• M: Measurable (medibles)

• A: Achievable (alcanzables)

• R: Realistic (realistas)

• T: Timely (a tiempo u oportunos)

5. Controla tus emociones

Toma control de tus emociones y no permitas que ellas dominen tu forma de actuar y tomar decisiones. Piensa en la mayoría de las veces que tomaste decisiones de forma impulsiva y cuáles fueron las consecuencias de tus actos. De igual manera, el miedo al fracaso puede ser una fuerza paralizante que impide que tomes oportunidades de crecimiento. Comienza a desarrollar la disciplina de tomar las decisiones que se apeguen al plan que estableciste para conseguir tus metas y objetivos.

6. Desarrolla hábitos saludables

Este principio consiste en dos caras de una misma moneda. Por un lado, debes identificar y eliminar los hábitos nocivos que están perjudicando tu bienestar, ya sean físicos, mentales o financieros. Por ejemplo: endeudamiento excesivo, gastos hormiga, consumo excesivo de sustancias como alcohol, tabaco, etc.
Por otro lado. identifica aquellos hábitos que podrías incorporar a tu vida para mejorar tu bienestar, como por ejemplo: actividad física semanal, alimentación saludable, lectura diaria, manejar un presupuesto, mantener un ahorro mensual, etc.

Invierte en ti primero

Quizás hayas escuchado antes la frase “tu mente es tu principal activo”. Esto quiere decir que la primera y más importante inversión que siempre debes considerar es la de alimentar y fortalecer tu mente. Aumenta tu conocimiento con contenidos de educación financiera, inteligencia emocional, inversiones. Con esto mejoras aquellas habilidades que necesitas para lograr tus objetivos. Aprovecha los recursos que ofrecen los grandes referentes mundiales como Robert Kiyosaki, Jack Ma, Tony Robbins, entre otros.

No escatimes en invertir tiempo, esfuerzo y recursos en tu propio proceso de aprendizaje, porque esto es algo que siempre te dará frutos.

“No es lo que hacemos de vez en cuando lo que da forma a nuestras vidas, sino lo que hacemos constantemente”
Tony Robbins

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